Cuando llega una modelo al estudio que nunca antes se ha puesto ante una cámara, el trabajo es tranquilo y pausado y los resultados siempre son de los que más me gustan.
Además realizar una sesión de fotos boudoir como primera vez no es nada fácil!
El cambio de actitud es visible, desde la primera foto más vergonzosa, hasta la última relajada y dulce!
Ha sido un placer para mí como fotógrafa que te mostraras tal y como eres y me dejaras conocerte en tan solo un par de horitas.